Lo que te extraño...

Esto no lo lee nadie. Solo yo. Escribo aquí solo para mí y si en algún momento alguien se pregunta acerca de las cosas que quise, te nombraría. Porque eres eso, una cosa. Un recuerdo, un tabaco, una cerveza a medio beber. Eres solo el tacto que queda en mí. 

No eres nada pero también muchas cosas. El todo no existe. Nunca existió para nosotros. 

Aunque no leas esto, y nunca lo leas, y jamás pienses que es para ti. Solo quiero que sepas que esta noche te extraño. Te extraño al punto de llorar, te extraño al punto de que duele en el pecho y bebes para olvidar eso. 

Esta noche donde hago conjeturas sobre donde estás, con quién estarás, y si estarás besando a alguien más que no soy, solo para tener una razón para olvidarte ya. 

Yo también quiero besar a otras personas para olvidarte. Pero tampoco quiero que mis labios olviden tu sabor. 

Quiero que vuelvas a besarme, porque al menos ahora, en este momento, solo quiero tus labios. 

¿Dónde estarás? 

¿Estarás besando el pico de una botella? ¿O estarás en la comisura de otra mujer? 

Todos mis escritos tienen tu inicial. Y algo de mí quiere que leas esto, pero no quiero enseñarte lo que siento. 

No quiero que sea querer porque sería demasiado, y no te lo mereces. Pero sé que es más que un capricho. 

Lo que te extraño no tiene nombre ni apellido, pero tiene un sabor a picor en la lengua. 

El mismo picor después de la tercera lata de cerveza. 

Bésame y cállame porque lo que escribo ya no parece tener sentido. 

Te extraño mucho, ojalá vuelvas. 

Eso fue verdad. En ese momento. Veremos después. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cantos de invierno

Neruda me contó